Una nueva era espacial comenzará este miércoles con el envío por parte de la empresa SpaceX de dos astronautas de la NASA al espacio desde Cabo Cañaveral, en Florida. Este viaje no es solo un logro tecnológico, también tiene una fuerte dimensión geopolítica. Es el momento en que la NASA pondrá fin a su dependencia de los lanzadores rusos Soyuz y volverá a enviar misiones tripuladas desde suelo estadounidense.

Los astronautas de la NASA Robert Behnken y Douglas Hurley viajarán a bordo de la nave espacial Crew Dragon de SpaceX, despegando en un cohete Falcon 9 a las 20.33 UTC, desde el complejo de lanzamiento 39A en Florida, para una estancia prolongada en la Estación Espacial, que será parte de la misión Demo-2.

El cohete Falcon 9 de la SpaceX. (Foto: AP/David J. Phillip).
El cohete Falcon 9 de la SpaceX. (Foto: AP/David J. Phillip).

Una prueba clave para la NASA y SpaceX

Esta misión es una prueba final para SpaceX, que podría validar el sistema de transporte de tripulación de la compañía, incluidas la plataforma de lanzamiento, el cohete, la nave espacial y las capacidades operativas. Esta también será la primera vez que los astronautas de la NASA pondrán a prueba los sistemas de la nave espacial en órbita.

La compañía Space Exploration Technologies Corp., fue fundada por Elon Musk con la intención de cambiar las reglas del juego de la industria aeroespacial y se ganó poco a poco la confianza de la agencia espacial más grande del mundo.

SpaceX se convirtió en 2012 en la primera empresa privada en acoplar una cápsula de carga a la EEI. Dos años después, la NASA le pidió que adaptara la cápsula Dragon para poder transportar astronautas. «SpaceX no estaría aquí sin la NASA», dijo Musk el año pasado, después de un ensayo general del viaje a la EEI sin tripulación.

El cohete Falcon9 despegará de Cabo Cañaveral, en Florida. (Foto: AFP/Joe Raedle).
El cohete Falcon9 despegará de Cabo Cañaveral, en Florida. (Foto: AFP/Joe Raedle).

La NASA pagó más de 3.000 millones de dólares a SpaceX para diseñar, construir, probar y operar su cápsula y hacer seis viajes espaciales de ida y vuelta. El desarrollo experimentó retrasos, explosiones, problemas de paracaídas, pero SpaceX venció al gigante Boeing, al que la NASA también pagó para hacer una cápsula, la Starliner, que aún no tiene lista.

La NASA pagó 3.000 millones de dólares a SpaceX para desarrollar la Crew Dragon. (Foto: Reuters/NASA).
La NASA pagó 3.000 millones de dólares a SpaceX para desarrollar la Crew Dragon. (Foto: Reuters/NASA).

Si la Crew Dragon cumple su misión, los estadounidenses ya no dependerán de los rusos para llegar al espacio, como ha ocurrido desde 2011, pues las Soyuz rusas son los únicos vehículos espaciales que hacen este recorrido, despegando del cosmódromo de Baikonur en Kazajistán.

Las rutas desde Florida volverán a ser regulares, con cuatro astronautas a bordo. Y SpaceX podrá organizar viajes espaciales para turistas con la cápsula, por un ticket que probablemente costará decenas de millones de dólares la plaza.

Cómo es la cápsula

La Crew Dragon es una cápsula como la Apolo, pero del siglo XXI. Las pantallas táctiles reemplazaron los botones y los joysticks. El interior está dominado por el blanco con una iluminación más sutil, nada que ver con los enormes transbordadores que funcionaron entre 1981 y 2011.

La cápsula Crew Dragon. (Foto: EFE/SpaceX).
La cápsula Crew Dragon. (Foto: EFE/SpaceX).

«Esperamos un vuelo más suave pero más ruidoso«, dijo Bob Behken, quien al igual que su compañero de misión viajó dos veces en los transbordadores de la NASA.

A diferencia de los transbordadores, uno de los cuales explotó en 1986 después del despegue (Challenger), la Crew Dragon puede separarse del cohete en caso de emergencia.